“Es, por tanto, una de las necesidades de nuestro tiempo vigilar y trabajar con todo esfuerzo para que el cinematógrafo no siga siendo escuela de corrupción, sino que se transforme en un precioso instrumento de educación y de elevación de la humanidad”

S.S. Pío XI



“Que el cine sea ordenado a la gloria de Dios y a la salvación de las almas, y sirva eficazmente para la extensión del Reino de Cristo sobre la Tierra”.

S. S. Pío XII

sábado, 25 de septiembre de 2010

AVATAR


Avatar: La suma anticristiana de James Cameron”versión corregida y aumentadaAcceso en el enlace margen derecho del blog

“La Edad Media conocía solamente los llamados “Misterios”, donde actuaban Dios, la Virgen y los santos; después viene el teatro clásico que exalta los personajes históricos, y con el siglo XX el personaje histórico no será más que una ocasión para poner de relieve a los actores y las estrellas, cuyo éxito depende principalmente de la técnica cinematográfica, la cual no conserva del hombre más que una imagen animada artificialmente. (...) La historia, como el teatro, como las artes, después de haber suprimido a Dios para exaltar al hombre, acabó por eliminar al hombre mismo. Así llegamos a la conclusión de que, sin Dios, el hombre tiende a desaparecer, y que sin la teología, la historia se asemeja a una nave sin brújula”.

Guillermo Gueydan de Roussel – Dios, rector de la historia, “Verdad y Mitos”, Ediciones Gladius, 1987.


CONTENIDO:
INTRODUCCION
ARGUMENTO DE “AVATAR”
SÍMBOLOS GNOSTICOS
EL GNOSTICISMO DE LA CABALA JUDIA
PANTEÍSMO SUTIL
NEW AGE
ERA DE ACUARIO
FEMINISMO
CARISMATISMO
ECOLOGISMO PAGANO / INDIGENISMO
REENCARNACIÓN
LA NATURALEZA VENCE A LA GRACIA
LOS DOS ÁRBOLES (O LO CONTRARIO DE APOCALYPTO)
MESIANISMO CARNAL
LOS DERECHOS DEL RITUAL
OTROS DETALLES
LAS CRITICAS
SALIDA
NOTAS


Se ha producido el re-estreno de Avatar con “escenas nunca vistas” (entre ellas una de sexo, muy políticamente acorde con estos tiempos). Como se hacía antes con los films en DVD, ahora debe anticiparse esta entrega, para levantar un poco la audiencia.

Coincidentemente, pues tal novedad nos resultaba ajena, entregamos nuevamente nuestro trabajo crítico, con algunas correcciones y agregados, para aquellos que sinceramente quieran entender de qué se trata esta película, que no por ser un bodrio (cosa que han visto hasta los más obtusos críticos), no deja por eso de ser además de interesante, significativa.

Invitamos al lector a saber por qué los medios del sistema han hecho lo posible por elogiar esta película o -ante la evidencia de que es tan mala- evitar que sus lectores puedan pensar que no deberían ir a verla. De allí que las calificaciones estén entre lo aceptable y lo muy bueno.

También porqué los críticos políticamente correctos de tan diversas tendencias se adhieren a este film, algunos fanáticamente –en especial los que abrazan una visión del mundo “esotérica” o de secta- hasta el punto de tornarse agresivos e insolentes con quienes no concuerdan con sus ideas y opiniones y las ponen en entredicho no mediante vituperios sino mediante razones y evidencias.

El mundo está enfermo de sentimentalismo, de subjetivismo, y cuando los críticos no sienten nada ante el film se muestran –esto está muy claro- incapaces de pensar. Curioso: su profesión es la de saber mirar para poder ver, pero allí se quedan, en el umbral del “me parece” o el “yo decido”. En algunos dogmáticos parece que “la afirmación reemplaza la demostración”, como decía Salleron acerca de Teilhard de Chardin. Se olvida muy fácilmente que sólo “la fe libra y defiende de errores a la razón” (Misal de Azcárate).

“Avatar” es la culminación de la herejía gnóstica que por fin ha logrado pasar debido a la confusión e ignorancia general en materia religiosa. El “carácter universal del lenguaje del cine era el terreno propicio para volver al uso del lenguaje simbólico y retornar a la consideración de lo misterioso. El cine podía oponerse a la “desmitificación” secularista liberal recuperando para la esfera imaginativa los mitos, o una mentalidad que se servía de los relatos para transmitir un saber tradicional. El asunto era poder conciliar esto con la racionalidad –no el racionalismo- en una armonía que durante la Cristiandad se había logrado sintetizar en la unidad entre la fe cristiana y la cultura antigua. Sólo bajo una estricta ortodoxia esta unidad pudo darse. El cine hereda la tradición de Occidente derivada de la Cristiandad medieval pero partida en infinitos fragmentos, en un proceso de secularización que a la vez era acechado por fuerzas imaginativas mitificadoras no “clarificadas racionalmente” (en palabras de Rafael Gambra) por la labor de la Iglesia, dejadas a su suerte en un primitivismo pagano que las fuerzas gnósticas iban a saber re-utilizar” (de nuestro libro “El mirar del cine”).

Hoy la confusión reina y cualquier cosa con atisbos de lo religioso o tradicional es tomada por buena o asimilada sin la clarificación necesaria. Para aquellos que adhieren apasionadamente a esta película, ya no es el Cristianismo la alternativa válida contra el materialismo ateo de la modernidad. Para ellos la salvación no se encuentra en Jesucristo, nuestro Salvador, y sólo en Él. Hay otros nombres que pueden salvarnos, otras deidades, otras religiones. Dios (a quien Jesús llamó Padre y no “Madre”) puede ser una diosa madre, ¿qué problema hay? Total: se está hablando simbólicamente –argumentarán- no explícitamente, ya que en este mundo de hoy no puede hablarse de Jesucristo. ¡Fenómeno! Hagamos un sincretismo agradable al mundo (Mundo que es enemigo de Cristo y los cristianos, recuérdese) para que cinco personas crean entender allí que se debe vivir según la “tradición primordial”, ya que no queda otra forma de oponerse al materialismo moderno. Imagine el lector a los primeros cristianos, perseguidos por el paganismo, haciendo tal razonamiento, y hoy no existirían cristianos. “¿Quién es mentiroso sino aquel que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es un anticristo, que niega al Padre, y al Hijo. Cualquiera que niega al Hijo, no tiene al Padre; quien confiesa al Hijo, tiene también al Padre” (I Jn. 2, 22). Cameron niega al Hijo, por eso en vez de al Padre tiene una “Madre”, bastante fea por cierto.

¿Qué dijeron los críticos y periodistas que apoyan esta película?:


“Gloriosa (...) Creada para conquistar los corazones, mentes, libros de historia y marcas taquilleras, la película –la más cara de la historia- es gloriosa, simple y felizmente alocada (...) (Cameron) no ha cambiado el cine, pero con gente azul y flora rosa ha confirmado que es maravilloso”
(Manohla Dargis – THE NEW YORK TIMES)

“(…) los años venideros definirán qué películas pueden lograrlo (la perfección técnico-visual de Avatar) (...) Destinada a divertir, lo hará”.
(Richard Corliss – TIME)

“Avatar de James Cameron, es la película más hermosa que he visto en años”
(David Denby – THE NEW YORKER)

“Avatar no es solo un entretenimiento sensacional sino una revelación técnica. Está predestinada a ser una película de culto”.
(Roger Ebert – CHICAGO SUN TIMES)

“Extiende las posibilidades de lo que puede hacer una película. El talento de Cameron es tan grande como sus sueños”.
(Peter Travers – Revista ROLLING STONE)

“Avatar es, indudablemente, una experiencia que te transporta, un viaje que toda persona a la que le interesen las películas debería hacer”.
(Rene Rodríguez – MIAMI HERALD)

“James Cameron ha probado su argumento: él es el rey del mundo”.
(Revista THE HOLLYWOOD REPORTER)
“Experiencia extremadamente gratificante”.
(Revista EMPIRE)

“Cameron está de vuelta. Y su regreso es más que bienvenido. Muy buena”.
(Diego Lerer – CLARÍN)

“James Cameron, director de Avatar, tomó el camino difícil al hacer coincidir la maravilla y la extrañeza con lo bueno”.
(Pablo de Santis – Revista Ñ CLARÍN)

“...seguiremos apostando a que la flama de lo humano maravilloso, por tenue que parezca, perviva en el envase que sea: se trate de un humanoide azul de tres metros de alto, de algo que se parece a una cucaracha gigantesca o de un robot que compacta chatarra”.
(Marcelo Figueras – Revista Ñ CLARÍN)

“Avatar es muchas cosas, muchas buenas y hasta muy buenas también, pero ciertamente no revolucionará el cine. (...) Avatar es, de todos modos, un espectáculo cinematográfico alucinante, un viaje a un mundo que al final de las entretenidas más de dos horas y media de metraje al espectador le costará dejar atrás. Nuestra opinión: Muy buena”.
(Natalia Trzenko – LA NACIÓN)

“En lo ideológico, no se puede sino adherir, por supuesto, al “mensaje” ecologista y antibélico que anida en el centro de la película”.
(Luciano Monteagudo – PAGINA/12)

“¿De qué se ocupa? Quizá de lo mucho que nos hemos equivocado hasta ahora los humanos, y de la necesidad de barajar y dar de nuevo. Visualmente asombroso”.
(Jorge Carnevale – Revista NOTICIAS)

“Inolvidable para los fanáticos del género e imperdible para cualquier tipo de espectador, Avatar propone una experiencia que no sólo hay que visualizar, sino vivenciar. 5 (cinco) zapatos”.
(Amadeo Lukas - Revista VEINTITRÉS)

“La película merece otras miradas y lecturas. Y allí es donde aparecen los méritos, que no sólo tienen que ver con sus proezas formales. 7 puntos”.
(Diego Batlle – OTROS CINES)

“Avatar es la octava maravilla del mundo del cine"
(Revista EL AMANTE)

“Satisfacción garantizada, y en tres dimensiones”.
(Pablo Strozza – Revista ROLLING STONE)

“Fíjense que tanto el pequeño catoliquito correcto e ignorantón, como el vetusto comunista mutado ahora en progresista parecen estar de acuerdo y formar una alianza contra este film, tal como viene sucediendo desde la autoconciencia. ¿No les parece significativo, queridos amigos?”
(Ángel Faretta - angelfaretta.com.ar)

“La última vez que salí del cine con esta sensación fue con “La guerra de las galaxias”. Es la película de ciencia ficción más evocadora y maravillosa desde aquella”.
(Steven Spielberg, director de cine)

“Desde el comienzo, se me puso la piel de gallina. Es inspiradora”.
(Bryan Singer, director de cine)

“Una profunda muestra de la resistencia frente al capitalismo y la lucha por la defensa de la naturaleza”, “batalla contra el sistema que quiere acabar con la Madre Tierra”.
(Evo Morales, presidente de Bolivia)