miércoles, 15 de mayo de 2013
«PERO DESPUÉS DE QUE CRISTO ORDENASE ENVAINAR LA ESPADA NO ES DIGNO DE CRISTIANOS HACER LA GUERRA....»
¿Un
Quijote pacifista?
Así
nos lo han querido vender quienes probablemente no lo han leído, entre ellos
algún antiguo ministro de Defensa, quien insultó a los soldados españoles
declarando “prefiero que me maten a matar” ¿Querría acaso mostrar su
superioridad moral ante la tropa?.
Don
Quijote, Daumier
Este
artículo (Guerra
y Paz en El Quijote) refuta el
imposible pacifismo del Quijote, que algunos atribuyen a la presunta influencia
erasmista (Bataillon). El bello Discurso de las Armas y
las Letras, y la propia experiencia
bélica de Cervantes en Lepanto son pruebas suficientes, a las que se añaden
diversas alusiones en su obra a la política timorata de Felipe II, que prefirió
generalmente usar la diplomacia a sus ejércitos.
El
artículo repasa las contradicciones de la postura de Erasmo sobre la guerra y
la paz, caso bastante parecido al del Cardenal Cusano:
La
guerra, las armas con las que se defiende la República Cristiana (especialmente
el «Papa guerrero», Julio II, será blanco de las críticas de Erasmo) no hacen
sino canalizar esta desviación en sentido opuesto al buen mensaje cristiano, de
manera que, cuanto más se insiste en la defensa armada de la fe cristiana, con
los ejércitos de los príncipes cristianos (incluyendo al Papa), menos sitio
queda (utopía, es la expresión de Moro para concebir esta idea para la
sabiduría cristiana y sus verdaderas «armas».
(…)
«Pero
después de que Cristo ordenase envainar la espada no es digno de cristianos
hacer la guerra, a excepción de aquella hermosísima contienda contra los
enemigos más terribles de la Iglesia: contra el afán de dinero, contra la ira,
contra la ambición, contra el miedo a la muerte. (…)
«ni
siquiera creo que se deba aprobar nuestra insistencia en hacer la guerra a los
turcos. ¡Mal va la religión cristiana si su conservación depende de tales
defensas!. Y no es lógico que bajo tales auspicios nazcan buenos cristianos. Lo
que se consigue por la espada se pierde a su vez por la espada. ¿Quieres atraer
a los turcos hacia Cristo? No hagas ostentación de riquezas, ni de ejército, ni
de fuerzas. Que vean en nosotros no sólo el rótulo sino también los atributos
auténticos del cristiano: vida intachable, deseo de hacer el bien incluso a los
enemigos, paciencia inalterable frente a todas las ofensas, desprecio del
dinero, indiferencia a la gloria, vida modesta. Que comprendan la doctrina celeste
por su concordancia con esta forma de vida. Con tales armas se subyuga
perfectamente a los turcos.
Según
esto, Constantinopla y su Imperio fenecieron por el mal ejemplo que les dieron
a los mahometanos. Pero aquí recoge velas Erasmo:
«Ahora
me las entenderé con aquellos que pecan por el lado opuesto [opuesto al
belicismo, que acaba de criticar: es decir, contra aquellos que pecan de
irenismo], con error más especioso quizás, pero pernicioso no obstante. Los hay
que juzgan que el derecho de guerrear está en absoluto prohibido a los
cristianos; opinión, a mi entender, demasiado absurda para que merezca ser
refutada. Y, siendo ello así, no faltaron quienes calumniosamente me la
atribuyeran, porque en mis lucubraciones acaso me excedo en las alabanzas a la paz
y en la detestación de la guerra; pero las personas que me leen íntegramente,
aunque yo lo silencie, perciben de modo inequívoco la imputación de la
sicofantía.
Pobre
Erasmo, menudo cacao mental tenía al respecto de la guerra y de la paz.
dicen
las letras que sin ellas no se podrían sustentar las armas, porque la guerra
también tiene sus leyes y está sujeta a ellas, y que las leyes caen debajo de
lo que son letras y letrados. A esto responden las armas que las leyes
no se podrán sustentar sin ellas, porque con las armas se defienden las
repúblicas, se conservan los reinos, se guardan las ciudades, se aseguran los
caminos, se despejan los mares de corsarios; y, finalmente, si por ellas no
fuese, las repúblicas, los reinos, las monarquías, las ciudades, los caminos de
mar y tierra estarían sujetos al rigor y a la confusión que trae consigo la
guerra el tiempo que dura y tiene licencia de usar de sus previlegios y de sus
fuerzas.
Pues
eso.