miércoles, 24 de julio de 2013
ALGO MÁS SOBRE “EL HOMBRE DE ACERO”
Apenas
unas menciones que se nos quedaron en el tintero, para completar en lo posible
la comprensión de lo que hay detrás de esta película como un ejemplo del cine
que hoy ha pasado a ser no sólo un entretenimiento, ni un medio de comunicación
(por supuesto que no arte), sino una forma de adormecimiento de las masas a la
vez que la instalación de determinados temas, ideas o situaciones por parte de
las élites del poder mundial para la próxima realización mesiánica de una “Nueva
Era”.
1-Se
nos había olvidado que debe destacarse la escena en que el superhéroe de acero
vence –y por lo tanto mata- a su archienemigo Gral. Zod (foto). Luego de una
pelea titánica y extensísima donde entre ambos destruyen una ciudad entera,
Superman logra recluirlo y, debido a que Zod está a punto a destruir a unas
personas inocentes, lo mata. Es entonces cuando Superman o Kal-el estalla en un
grito de dolor por haberlo hecho. ¿Y por qué? Por la razón de que Zod era el
último natural de Krypton viviente, además de él. Es decir que ha matado a su
hermano. Esto es: Caín ha matado a Abel. Ha matado a aquel que obedeciendo a
sus dioses quería continuar las enseñanzas recibidas en su tierra natal. Pero
Superman (o Caín) debió desobedecer esos mandatos de los dioses de Krypton. De allí
su dolor.
2-El
guionista de la película se llama David Samuel Goyer y no es italiano,
precisamente. Según refiere, de niño era atacado por “haber matado a Jesús”, lo
cual lo dejó marcado y afirmado en su posición. Hoy escribe películas tan
edificantes como las series de Blade,
Batman, Ghost rider o Superman o
novelas cuyos títulos son Heaven's Shadow,
Heaven's War y Heaven's Fall (2013).
3-
Incluimos debajo el tráiler de la película, el cual puede –y de hecho resulta-
muy instructivo sobre el tipo de película que es esta de que hemos hablado. Por
cierto, un amigo nos advierte que en el minuto 0.37, Clark Kent sostiene sobre
sí lo que parece ser una cruz de hierro en medio del fuego (tras lo cual
terminará bajo el agua con los brazos abiertos en cruz, como si hubiese terminado
allí su misión crística salvífica).