Por Aníbal D’Angelo Rodríguez
Tomado de Revista Cabildo Nº 13, Febrero 2001.
El resultado es que los críticos mienten. Ojo: no afirmo que se equivoquen o que tengan pocos recursos culturales para juzgar. Esto es cierto y de toda evidencia, pero lo más grave es que los cronistas tienen que mentir. O sea que no pueden, en general, calificar a las películas con libertad sino que se ven obligados a ser, por lo menos, benévolos. Estas son las reglas del juego, que nadie ignora.
De modo que si consideramos cinco calificaciones posibles (Excelente, Muy buena, Buena, Regular y Mala) hay que entender que en las dos primeras se engloban, aproximadamente, las películas dignas de verse y en las tres últimas las que no se justifican ni artística ni comercialmente. Pues hay que partir de la certeza de que un cronista que quiera conservar su puesto tiene que elevar cada filme que juzga, como mínimo al grado inmediato superior, como dicen los militares. De modo que las Buenas son regulares, las Regulares son en verdad malas y las Malas...cruce de vereda si pasa por delante del cine.
Pues bien, de las 175 películas estrenadas desde el 1º de este año, apenas algo más de un 30% mereció las dos primeras calificaciones y casi un setenta por ciento las tres últimas. Estadística de cuyos detalles te hago gracia pero que hice utilizando mi archivo y combinando las calificaciones vertidas en los dos diarios de mayor circulación de Buenos Aires. ¿Puede alguien asombrarse de la crisis del cine?
NOTA REDUCO:Tomamos un diario al azar: Suplemento espectáculos diario Clarín, 18 de enero de 2010. En la grilla de estrenos y películas en cartel se reseñan y califican 21 películas (una no lleva calificación, así que no la contamos). De esas 21 películas, 1 es considerada Excelente, 4 Muy buenas, 15 Buenas y apenas 1 Regular. No hay ninguna Mala. Juzgue el lector si no es exacta la expresión usada por ADR sobre el deber que tienen los cronistas cinematográficos de mentir (a no ser que estemos en la etapa del gran cine clásico de Hollywood y no nos hayamos dado cuenta).