“Es, por tanto, una de las necesidades de nuestro tiempo vigilar y trabajar con todo esfuerzo para que el cinematógrafo no siga siendo escuela de corrupción, sino que se transforme en un precioso instrumento de educación y de elevación de la humanidad”

S.S. Pío XI



“Que el cine sea ordenado a la gloria de Dios y a la salvación de las almas, y sirva eficazmente para la extensión del Reino de Cristo sobre la Tierra”.

S. S. Pío XII

miércoles, 3 de junio de 2009

HABLAN LOS MAESTROS



“El acto creador es una evasión fuera del tiempo, se realiza en el reino de la libertad y no en el de la necesidad.
Y la tarea moral más importante consiste en edificar la propia vida fuera de las perspectivas del tiempo, fuera de la ansiedad del mañana”.

Nicolás Berdiaev



“Lo más importante de la vida es entender a Dios, mucho más que ganarse la vida; y que hay que cesar a ratos de ganarse la vida y reprimir el trajín de lo temporal, para ver si suena allá adentro la Voz antigua y nueva”.

R. P. Leonardo Castellani



“La Técnica puede darme comodidad y vagar para contemplar a Dios; pero si me aparta de contemplar a Dios, yo la maldigo. Dicen que para el año 1970 habrá en EE.UU. 100 millones de automóviles; cuando haya en EE.UU. 100 millones de autos, no podrán caminar. Spengler dice simplemente: “La Técnica nos ha traicionado, nos ha esclavizado –tiende a volvernos ciegos.”
Las naciones colonialistas del siglo pasado llevaron a los negros de África la Técnica; no llevaron a Cristo, llevaron la Cocacola, la aspirina y el cine; y lo que es peor, las armas modernas y los diarios; y ya vemos lo que es aquello ahora: una merienda de negros.
No hablo para terrorizar, aunque podría hacerlo: soy menos pesimista que Spengler y mañana o pasado me voy a comprar un calefón. En medio del rugido del mar y sus olas, en medio de la paz por el terror estable, el cristiano puede conseguir la paz interior “que nadie os podrá quitar”. La paz interior consiste en estar bien con Dios, estar perdonados los pecados y deseosos de hacer obras buenas; dispuestos por lo menos”.

P. Castellani – Parábola del convite regio (1966) – Domingueras prédicas II. Ediciones jauja, 1998.



“El conocimiento de la belleza se realiza por una intuición de orden suprarracional que algunos poseen y otros no; y aunque tal afirmación, rigurosamente verdadera, suele repugnar a los profesores de ciertas doctrinas igualitarias, no hay más remedio que admitirla, y reconocer que la percepción de lo bello no está al alcance de todo el mundo. De lo cual se infiere que la idoneidad del crítico finca, sobre toda otra virtud, en la posesión de aquel sentido interno gracias al cual, frente a una obra de arte, le será dado hacer una primera afirmación, la primera y la única fundamental: “esta obra es o no es bella”.

Leopoldo Marechal – “Legalidad e ilegalidad en la crítica de arte”.