"Le doy las gracias al embajador Jay, a la reina Ingrid, al director Stevens y a mis conjurados en este extraño trabajo que es la fabricación de películas. Hace mucho tiempo que me di cuenta de que el hombre no vive sólo del asesinato. Necesita afecto, aprobación, ánimo y -de vez en cuando- una buena y abundante comida.
Esta noche, todos vosotros me habéis dado tres de esas cuatro cosas. La angustia ha estrangulado mi apetito.
Me siento realmente orgulloso de recibir el Premio de Toda una Vida de la AFI. Más, cuando este premio viene de mis camaradas y colegas del celuloide. Al final, cuando un hombre es reconocido culpable de un asesinato y condenado a muerte, siempre es agradable saber que la condena es obra de un jurado de amigos y vecinos...ayudados por un abogado incompetente.
Pondría a prueba su resistencia, y la mía, al recitar los nombres de los miles de actores, escritores, editores, camarógrafos, músicos, técnicos… banqueros, los expositores... y una variedad de otros criminales que han contribuido a mi vida.
Voy a mencionar sólo a cuatro personas a las que debo el más profundo cariño, inteligencia y ánimo, además de una colaboración constante.
La primera de esas cuatro personas es la montadora de mis películas, la segunda, la guionista, la tercera, la madre de mi hija Pat, y la cuarta es la cocinera que ha conseguido los más maravillosos milagros en una cocina doméstica. Y sus nombres son Alma Reville.
Si la hermosa Reville no hubiera, hace 53 años, aceptado un contrato para toda la vida-sin opciones-como Sra. Alfred Hitchcock, el Señor Alfred Hitchcock quizás estaría esta noche en esta habitación, pero no en esta mesa, sino como uno de los camareros de la sala.
Comparto mi recompensa con ella como he hecho con mi vida. Ahora, dejadme compartir algunas cosas con los jóvenes llenos de promesas que han ganado un título como miembros de la cofradía Alfred Hitchcock gracias a la AFI. Cuando tan sólo tenía 6 años, hice algo que mi padre consideró era digno de reprimenda. No recuerdo qué transgresión era -a la edad de 6 años, seguramente no tuvo nada que ver con la criada-.
Bueno, mi padre me envió a la comisaría de policía de la esquina con una nota. El policía de servicio la leyó y después me encerró en una celda durante 5 minutos diciendo: "Esto es lo que se hace a los niños malos". Desde entonces no he dudado en hacer cualquier cosa para evitar ser arrestado y encarcelado.
A vosotros los jóvenes, mi mensaje es el siguiente: "Evitad la prisión”.
Algún día quizás uno de vosotros estará en este lugar recibiendo un premio American Film Institute. Es lo que consiguen los niños buenos".
Alfred Hitchcock