lunes, 17 de septiembre de 2012
UN DEBIL MENTAL: TEILHARD DE CHARDIN
«Allá por los años cincuenta decidí escribir algo sobre la utopía. Me puse a leer directamente a los utopistas: Moro, Fourier, Cabet, Campanella... al principio, con exaltación fascinada; luego, con cansancio; finalmente, con mortal aburrimiento. Es increíble la fascinación que ejercieron los utopistas sobre grandes espíritus: Dostoievski, por ejemplo, leía a Cabet con admiración. ¡Cabet, que era un perfecto imbécil, un sub-Fourier! Todos creían que el milenio estaba por llegar: un par de años, una década a lo sumo... También era deprimente su optimismo, la pintura excesivamente rosa, esas mujeres de Fourier cantando mientras trabajaban en los talleres... Ese optimismo utópico es frecuentemente despiadado.
Recuerdo, por ejemplo, un encuentro que tuve con Teilhard de Chardin; el hombre peroraba entusiásticamente sobre la evolución del cosmos hacia Cristo, el punto Omega, etcétera... y entonces le pregunté qué pensaba del dolor humano: «El dolor y el sufrimiento, me dijo, son un simple accidente de la evolución». Me fui indignado, negándome a discutir con aquel débil mental. »
(E. Cioran, Conversaciones, 23).
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