16 DE JUNIO DE 1960
A 50 años del estreno de
PSICOSIS
Alfred Hitchcock trabaja alrededor del eje sobre el cual gira el cine mismo -su cine- como forma, esto es: la mirada sobre los otros y sobre las cosas, y la manera en que la contemplación enviciada, esto es, la mirada caída y pecadora, la “concupiscencia de los ojos”, ha reemplazado en nosotros –espectadores- la sana contemplación para la que nos ha hecho Dios.
Contemplar las vidas ajenas mediante artificios –metamorfoseándonos con ellas- puede ayudarnos a comprender eso que hay en lo profundo de nosotros o puede haber, nuestras limitaciones o “taras constitutivas” y los caminos o desvíos que debemos evitar. “Psicosis” es la historia de cómo tras la caída viene el desvío por el mal camino –literalmente- y el horror que nos aguarda sorpresivamente en él, siempre y cuando no rectifiquemos el rumbo a tiempo. A veces puede ser tarde para arrepentirse.
Quienes no disciernen demasiado acerca del cine como forma –y no los culpamos por ello, sí en todo caso por opinar irresponsablemente-, suelen destacar el argumento en detrimento del tema de un film, el cual generalmente se les escapa sin haberlo visto. Ya decía Hitchcock que le dieran primero el tema y de allí fácilmente saldría un argumento. El tema se desprende antes de la puesta en escena y de la forma total del film. Mejor dicho, esta forma elige un argumento, mas no su tema, que pre-existe ya en el creador. Hitchcock decía a propósito de “Psicosis”: “En un film de este género, es la cámara la que hace todo el trabajo. Pero naturalmente, no se consiguen necesariamente las mejores críticas, pues los críticos no se interesan más que por el guión. Hay que dibujar la película como Shakespeare construía sus obras, para el público”.
No hay dudas de que “Psicosis” era el film que más conforme lo dejó a Hitchcock, debido a que su madurez creativa se dio de la mano con el control absoluto sobre el film: la producción barata clase “B”, filmada con un equipo técnico de la TV, los actores no estrellas, todo redundó en un mayor poder de su parte para hacer el film perfecto, ése por el cual se aprende, estudiando escena a escena y plano a plano, a comprender el cine. Brevemente abordaremos algunos de los temas desde los cuales puede ahondarse en el mismo: el voyeurismo; la inocencia y la culpabilidad; el mirar y el ser mirado; lo vertical y lo horizontal; el tema del doble; el cambio del punto de vista; el suspenso y el terror; el fuera de campo que acecha a los personajes; la inversión de sentido o función de los personajes, etc. La construcción de este film es tan hábil que el mismo Hitchcock afirmó: “Lo que ha emocionado al público era el film puro (...) Y esta es la razón por la cual mi orgullo relacionado con Psicosis es que este film nos pertenece a nosotros, cineastas, a usted y a mí, más que todos los films que yo he rodado. No conseguirá tener con nadie una verdadera discusión sobre este film en los términos que empleamos en este momento. La gente diría: “Es algo que no hay que hacer, el argumento era horrible, los protagonistas eran pequeños, no había personajes...” Esto es cierto, pero la manera de construir esta historia y de contarla ha llevado al público a reaccionar de una manera emocional”. (El cine según Hitchcock”, conversaciones con F. Truffaut) Veremos de qué manera se implican las emociones con la forma del film y lo que éste nos muestra. Por qué la emoción del orden estético se nos aparece cuando descubrimos –al arribar al clímax del film- la construcción perfecta, la inteligencia detrás de todo ese orden, el intelecto que comprende a un sabio autor detrás de lo que vemos para alcanzar la cumbre de su obra.
(De nuestro trabajo “El cine de Alfred Hitchcock”).