Dios y el “matrimonio” entre
personas del mismo sexo
Fundación Argentina del Mañana
Nos referíamos en el número anterior de “Cruzada” a la necesidad de fundamentar en la doctrina católica y
Hoy ofrecemos a nuestros lectores algunas consideraciones –verdades olvidadas o sistemáticamente omitidas– respecto a lo que representa, a los ojos de Dios, el denominado “matrimonio” entre personas del mismo sexo.
Acudimos para ello a dos fuentes: las Sagradas Escrituras y los comentarios de los Padres de
La amenaza divina se concretó. “Entonces el Señor llovió del cielo sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego por virtud del Señor, y arrasó estas ciudades” (Gen. 19, 24-25). Las ciudades castigadas aún están sumergidas al sur del Mar Muerto, que lleva ese nombre porque en él no hay señal de vida. Aún hoy se conoce como sodomía al pecado contra la naturaleza, precisamente en recuerdo del castigo bíblico a Sodoma.
No poseerán el Reino de Dios
Hay quienes sustentan que la misericordia de Veamos lo que afirma San Pablo: “Por eso los entregó Dios a pasiones infames, pues que sus mismas mujeres invirtieron el uso natural en el que es contrario a la naturaleza. Del mismo modo también los varones, desechando el uso natural de la mujer, se abrasaron en amores brutales de unos contra otros, cometiendo torpezas nefandas varones con varones, y recibiendo en sí mismos la paga merecida de su obcecación.” (Rom. I, 26-27) El Apóstol va más lejos y a esos pecadores amenaza con la muerte eterna: “No queráis engañaros: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, (...) han de poseer el Reino de Dios.” (Cor. I, 6, 9-10)San Pedro y San Judas Tadeo condenan la sodomía. El mismo Príncipe de los Apóstoles, San Pedro, afirma que Dios condenó las ciudades de Sodoma y Gomorra a una ruina total, reduciéndolas a cenizas, para servir de ejemplo a aquellos que vivieran con impiedad (Cfr. Pedr. II, 2, 6-9). San Judas Tadeo, a su vez, afirma: “Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, siendo reas de los mismos excesos de impureza y entregadas al pecado nefando, vinieron a servir de escarmiento, sufriendo la pena del fuego eterno.” (Judas 7)
Duras palabras de San Agustín y Santo Tomás de Aquino
La tradición multisecular de Por ejemplo, el gran Doctor de Santo Tomás de Aquino coloca la práctica de la homosexualidad en el nivel de pecados torpes –como el del canibalismo– por constituir, como todo ellos, un atentado contra la misma naturaleza. En pleno siglo XX, el Papa San Pío X, enseña en su Catecismo que la homosexualidad, por su carácter antinatural, está entre los pecados que provocan la ira de Dios y claman venganza al cielo. * * * No tenemos espacio para citar otros testimonios más recientes de la enérgica reprobación de |