Además de los retratados, honraron con su presencia en la planta baja del lujoso hotel los Sres. (por orden de aparición) Willy Van Kooten, Imbronius, los Hermanos Acólitos, Dotor Q., el Profesor Pérez Arnedo (de incógnito), APUrado, entre otras luminarias de bajo consumo. Se interpretó al finalizar la “Marcha Radetzky”, entre efluvios de camaradería viril y brindis espontáneos que cauterizaron toda la rigidez germana del anfitrión Alexis Sebástian.
sábado, 21 de noviembre de 2009
FESTEJOS
SOCIALES: FESTEJOS
Se realizó recientemente, en horas de la noche, una pequeña festichola con motivo de cumplirse seis meses de vida de este blog. La misma tuvo lugar en un hotel en las afueras de este país. Se cursaron invitaciones por correo convencional, por lo que estimamos que debido a esta negligencia de nuestra parte, la mitad de las invitaciones no llegaron o llegaron tarde. En fin, que bastó con la escasa presencia de prominentes invitados para que el agasajo fuera inolvidable. A continuación presentamos un informe fotográfico inédito, cedido por nuestro paparazzi y concurrente a la fiesta Mariano G. Pérez.
El Sr. Hitchcock en una de sus habituales apariciones por este blog.
Algunos de los invitados disfrutan de un buen champagne.
Otro buen muchacho que tuvo la gentileza de brindar con nosotros.
Hubo algún joven desubicado que pretendió conformarse con un vaso de leche...
Mientras damas deshinibidas daban rienda suelta a su compulsión por las buenas bebidas.
Pero hubo quienes pusieron las cosas en su lugar y corrigieron a los descarriados.
Además de los retratados, honraron con su presencia en la planta baja del lujoso hotel los Sres. (por orden de aparición) Willy Van Kooten, Imbronius, los Hermanos Acólitos, Dotor Q., el Profesor Pérez Arnedo (de incógnito), APUrado, entre otras luminarias de bajo consumo. Se interpretó al finalizar la “Marcha Radetzky”, entre efluvios de camaradería viril y brindis espontáneos que cauterizaron toda la rigidez germana del anfitrión Alexis Sebástian.
Tras salir el último festejante las puertas se cerraron pesadamente, y con un estentóreo comunicado se les solicitó a sus organizadores no reincidir en el festejo.
Desde el asiento trasero de un remis le fue contestado:”Lo concedo”.