San Isidoro de Sevilla - Sentencias
“Cuando el bienaventurado Antonio fue llamado por San Atanasio, obispo de Alejandría, para refutar a los herejes (arrianos), habiendo acudido a él Dídimo, varón eruditísimo, privado de la vista, admiró su ingenio y la agudeza de su espíritu al tratar sobre las santas Escrituras, y preguntándole dijo: “¿Acaso estás triste por no ver con los ojos de la carne?” Mas como él callaba ruborizado, segunda y tercera vez le preguntó, y al fin manifestó paladinamente su abatimiento de ánimo.
Y Antonio entonces le dijo: “Me extraño y condeno el que un hombre prudente sienta dolor por cosa que tienen las hormigas, moscas y mosquitos, y que no se alegre con la posesión que sólo los santos y los Apóstoles merecieron.
Por donde verás bien que mejor es ver con el espíritu que no con la carne, y poseer aquellos ojos en los que no puede penetrar la viga del pecado”.
San Jerónimo – Carta a Castrucio, 397.
”Esta vida es el tiempo de creer, como la vida futura es el tiempo de ver”
Bossuet – Tratado de la concupiscencia.