“De la comedia artificiosa y bien ordenada, saldría el oyente alegre con las burlas, enseñado con las veras, admirado de los sucesos, discreto con las razones, advertido contra los embustes, sagaz con los ejemplos, airado contra el vicio y enamorado de la virtud; que todos estos afectos ha de despertar la buena comedia en el ánimo del que la escuchare, por rústico y torpe que sea”.
Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de
“El que ama a Dios santamente, no se muestra demasiado alegre ni excesivamente triste en este exilio terrenal, pero siempre está contento con discreción. Por cierto, que algunos reprueban la risa y otros la alaban. Por lo tanto, conviene aclarar que la risa, si proviene de la superficialidad, la vanidad o la ligereza de espíritu, debe ser reprobada, pero la verdadera risa, la que proviene de la paz de la conciencia y de la alegría espiritual, debe ser alabada; el origen de la risa es lo que le da su valor y puede llegar a ser tan santa como el gozo en el amor de Dios. De ahí que si nos mostramos felices y contentos, los malvados nos llamen disolutos y, si nos ven tristes, hipócritas”.
Beato Ricardo de Hampole.