“Es, por tanto, una de las necesidades de nuestro tiempo vigilar y trabajar con todo esfuerzo para que el cinematógrafo no siga siendo escuela de corrupción, sino que se transforme en un precioso instrumento de educación y de elevación de la humanidad”

S.S. Pío XI



“Que el cine sea ordenado a la gloria de Dios y a la salvación de las almas, y sirva eficazmente para la extensión del Reino de Cristo sobre la Tierra”.

S. S. Pío XII

lunes, 18 de octubre de 2010

PELICULA RECOMENDADA

“Un Ángel pasó por Brooklyn”
Director: Ladislao Vajda – 1957


Una extraña, singular, pequeña, simpática y reconfortante película, dirigida por Ladislao Vajda, director nacido en el por entonces Imperio Austro-húngaro, que no tuvo necesidad  de ir a Hollywood, desarrollando su excelente carrera en España, Italia, Suiza, Alemania, Hungría e Inglaterra.
Una fábula de rescate construida con acento español e italiano, desarrollada en Nueva York; época de los gloriosos estudios de cine donde todo se reconstruía a imagen del artista, a escala humana, con la verdad del artificio que ya no poseen los ilimitados efectos virtuales. La imaginación se contiene en un ámbito humano que recibe el influjo de lo sobrenatural, en disfraz de lo “extraño”, humor medular.

Las palabras de Dom Vital Lehodey en “El Santo Abandono” se hacen presentes en el cumplimiento de la historia para el espectador atento: “Si consideramos las cosas a la luz de Dios, hemos de llegar a la conclusión de que muchas veces los males en este mundo no son males, los bienes no son bienes, hay desgracias que son golpes de la Providencia y éxitos que son un castigo”

NOTA - IDIOTECES ARGENTINAS

Si un ciego guía a otro ciego, ambos van a parar a...una iPad
(o como quiera que se llame el nuevo tacho de basura computacional)


IDIOTECES ARGENTINAS

En el país de los ciegos. Borges odiaba a Guevara, y Guevara hubiese odiado a Borges de haberlo conocido. Sin embargo, ahora están juntos: el extravío intelectual y la ceguera espiritual se dan de la mano en la última movida tecnológica. La estupidez del moderno da para todo.
“No nos une el amor, sino el espanto”.
Textual de Revista Ñ Clarín:

“El Che y Borges, íconos de la edición especial de Ñ para iPad
Se lanza para acompañar a la Argentina, invitada de honor en la feria de Frankfurt. Fotos, videos y animaciones para recordarlos. Es gratis y ya está disponible en la tienda online de Apple.
¿Qué hubieran hecho Borges y el "Che" Guevara si hubieran vivido la era digital? Que la imaginación responda a esa pregunta. Hoy, Revista Ñ invita a disfrutarlos de la mano de una edición especial sobre estos dos íconos culturales para iPad, la tableta electrónica más popular del mundo. Diseñada para acompañar a la Argentina como invitada de honor en la Feria de Frankfurt, la versión digital se adentra en los mundos del multifacético escritor y del líder revolucionario.
El iPad es el dispositivo que ha revolucionado la forma en que la gente usa Internet. A medio camino entre una mini notebook y un libro electrónico, suma la interfase táctil y atractiva del iPhone, su famoso celular. Desde que fue lanzado, causa furor de ventas en cada rincón donde se lo comercializa. En Argentina, está disponible desde el 17 de septiembre. Y desde ese mismo día, Clarín se convirtió en el primer diario del país en tener una aplicación disponible para el aparato. Ahora, es Ñ la que se suma como pionera en el ámbito de las revistas.
Esta aplicación para iPad se descarga de manera gratuita del Aoo Store, la tienda virtual de Apple. Jorge Luis Borges y Ernesto "Che" Guevara fueron elegidos como personajes centrales del lanzamiento en el que participan los escritores argentinos Andrés Rivera, Beatriz Sarlo y el mexicano Carlos Fuentes.
Fotos, videos, cronologías y animaciones los albergan desde todos los ángulos. Basta con deslizar los dedos por la pantalla táctil del dispositivo para entrar en ellos.
Un Borges multifacético devela secretos de los borradores sobre los que corrigió cuidadosamente su obra Historia de la eternidad.
En video, Andrés Rivera revela detalles de una larga entrevista con Borges en la que el escritor demostró tener un "manejo de la memoria, de la oralidad y de la cultura" como nadie.
La ensayista Beatriz Sarlo analiza las fuentes orales de sus relatos y el mexicano Carlos Fuentes lo describe como "el fundador de la nueva prosa de la región".
El "Che" Guevara navega en esta edición de iPad entre la revolución y el ícono. Un recorrido por los libros y películas que lo tienen como protagonista muestra las muchas caras del líder guerrillero. Un análisis de su foto más célebre explica cómo su serialización empujó al argentino de la práctica revolucionaria a la ficción de la vida pop.
Interactiva, de fácil navegación, la aplicación de Revista Ñ permite navegar por secciones como Ideas, Literatura, Arte y Escenarios, entre otras.
Revista Ñ decidió lanzar esta aplicación para acompañar a la Argentina como invitada de honor a la Feria de Frankfurt, la más importante del mundo editorial inaugurada hace tres días. Mientras la cultura argentina desembarca en esta vidriera internacional con un pabellón que incluye figuras como Borges, el "Che" y Evita, Revista Ñ lo hace en el iPad y para todos sus usuarios.”

Pregunta Reduco:
El Apple donde se expende esta tableta borgeguevárica, ¿será el mismo fruto del que comieron nuestros primeros padres, instigados por la serpiente?

miércoles, 13 de octubre de 2010

INVITACION - CONFERENCIA

“LA IGLESIA: ¿UNA SOCIEDAD HUMANA O DIVINA?”

R.P. Bertrand Labouche


Viernes 15 de Octubre, 20 hs.
Priorato: Venezuela 1318-20, (1095)
Capilla “Nuestra Señora Mediadora de Todas las Gracias”,
Montserrat, Buenos Aires, Capital.

NOTICIA

Eduardo Verástegui encarna a mártir mexicano en Cristiada

El actor, conocido por su militancia pro-vida, interpreta al beato Anacleto González Flores, un laico martirizado en la persecución religiosa en México. "Es una película con un gran mensaje de fe, amor, esperanza, lealtad y valentía”, dijo.

El actor mexicano Eduardo Verástegui, conocido ahora como un firme defensor de los no nacidos, protagoniza el nuevo filme Cristiada, en el que interpreta al beato Anacleto González Flores, un laico mártir de la persecución religiosa en México.
El filme es dirigido por Dean Wright, productor de efectos especiales de películas como El Señor los Anillos, Las Crónicas de Narnia y Titanic. La cinta se filma en Durango, San Luis Potosí y Ciudad de México, y cuenta en su elenco con Andy García, Eva Longoria y Peter O'Toole.
En una entrevista concedida a la cadena Univisión, Verástegui expresó su satisfacción por este trabajo. "Es un filme con un gran mensaje de fe, amor, esperanza, lealtad y valentía sobre la persecución religiosa que hubo en México cuando el presidente Plutarco Elías Calles le declara la guerra a la Iglesia y más de 200 mil personas murieron"."Yo interpreto a un abogado laico católico, el beato Anacleto González Flores, a quien le llamaban el ''Ghandi mexicano'' porque fue un héroe pacifista que lo único que pretendía era defender su fe católica sin violencia y a través de varias estrategias pacifistas hizo resistencia al gobierno para defender la libertad de religión", explicó."Me invitaron a darle vida a Anacleto, y la verdad es que el personaje me está dando la vida a mí, pues fue un gran héroe y un mártir mexicano que murió por defender su fe. Fue golpeado, martirizado y fusilado por defender sus creencias. Lo más bonito es que muere perdonando a sus verdugos", agregó.
Verástegui dijo sentirse muy contento "porque finalmente estoy trabajando en una misión que es más grande que yo mismo. Siento que mi vocación, me queda muy claro, es participar en producciones que cuenten historias que inspiren a la gente, que lleven mensajes de esperanza, fe, amor, alegría y felicidad. Fue lo que hicimos con “Bella”, con “El circo de las mariposas”, lo estamos haciendo con “Cristiada” y lo haremos en un cortometraje que estamos preparando sobre la vida de Beethoven. Además, vamos hacer un par de películas más con el mismo mensaje y diferentes historias".
Fuente: ACI

NOTA - INMUNIDAD HOLLYWOODENSE

Inmunidad hollywoodiense
Del blog Espada de doble filo / INFOCATOLICA

Una cosa que siempre fascina a todo el mundo de los diplomáticos es su inmunidad. Innumerables tramas de películas se han basado en la inmunidad diplomática de alguno de los personajes, que le permitía llevar armas a través de la aduana o hacer prácticamente cualquier cosa sin ser castigado por ello. En realidad, por supuesto, las cosas no son así y la inmunidad está sometida a algunas normas bien definidas.

Hoy en día, sin embargo, yo diría que la inmunidad diplomática no es nada en comparación con la inmunidad de la que disfrutan actores, directores y otras personas relacionadas con el cine. Inmunidad hollywoodiense podríamos llamarla. A veces, tristemente, esta inmunidad afecta incluso a las leyes, como si los actores fueran una casta que está por encima de los demás y al margen de las normas que afectan a los mortales. En cualquier caso, la inmunidad hollywoodiense siempre es eficaz en lo que se refiere a la opinión pública y parece ser que la gente del cine puede hacer o decir absolutamente cualquier cosa sin perder el apoyo y la admiración de los espectadores.

Todos conocen ya el caso del director Roman Polanski, que tuvo que huir de su país por haber drogado a una menor de trece años para abusar de ella. Durante años vivió refugiado en Francia, recibiendo premios como la Palma de Oro de Cannes y un Óscar en 2002. Hace poco pidieron su extradición a Suiza cuando el director viajó a un festival de cine en Zurich, pero los jueces de aquel país la denegaron. Lo más feo del asunto, a mi entender, fueron los innumerables apoyos recibidos en esa ocasión por Polanski de parte de grandes personajes del mundo del cine: Woody Allen, Martin Scorsese, Monica Bellucci, Pedro Almodóvar y otro centenar de famosos actores y directores. Y no se trataba sólo de solidaridad en la farándula, su última película “El escritor” ha sido vista por millones y millones de personas a las que no parecen importar en absoluto las cuentas pendientes de Polanski con la justicia.


En un plano totalmente distinto, acabo de leer otro ejemplo de inmunidad hollywoodiense en lo que a la opinión pública se refiere. Hace un par de días, la actriz Jennifer Aniston (de la serie Friends y varias películas muy conocidas) hizo unas curiosas declaraciones. Está rodando una película sobre una mujer soltera que concibe un niño acudiendo a una clínica de donantes de semen y, hablando de ella, afirmó:
“Las mujeres se están dando cuenta de que no tienes que comprometerte con un hombre simplemente para tener un hijo. (…) Se están dando cuenta de que, si ha llegado ese momento de sus vidas y lo quieren, pueden hacerlo con un hombre o sin él”.
Por supuesto, también aprovechó para reírse de la familia tradicional:
“Lo central de la película es la cuestión de qué es lo que define a la familia. No está formada necesariamente por el grupo tradicional de madre, padre, dos niños y un perro llamado “Spot”. El amor es el amor y la familia es lo que tienes alrededor y los que están en tu ambiente inmediato. Eso es lo que me encanta de esta película. Está diciendo que no se trata del tipo tradicional de estereotipo de lo que se nos ha enseñado como sociedad que es una familia”.
En un mundo más lógico, después de estas declaraciones, como mínimo la mitad de su público (los varones) dejaría de ver sus películas. Y no volverían a trabajar con ella al menos la mitad de los actores, realizadores, técnicos de sonido, directores, productores, etc. A fin de cuentas, sólo sería reconocer que Aniston ha llegado a ese momento de su vida en la que puede hacer películas con los hombres o sin ellos. Y también huirían de sus películas todos aquellos que defienden la familia tradicional, formada por el matrimonio entre un hombre y una mujer y los hijos que reciban de Dios. Pero, por supuesto, nada de eso sucederá. Sus películas seguirán atrayendo a millones de hombres y mujeres, seguirá recibiendo premios por sus actuaciones y, como es lógico, seguirá diciendo lo que le dé la gana, porque, en Hollywood, las acciones no tienen consecuencias.

Bueno. Al igual que sucede con la inmunidad diplomática, sí que existen algunas normas, que nadie se puede saltar. Imaginemos, por ejemplo, que alguien hubiera dicho lo mismo pero al revés, hablando de los hombres y de su relación con las mujeres. Por ejemplo, si alguien declarara orgullosamente algo así como: “Un hombre llega a un momento en su vida en el que puede elegir entre querer a una mujer o usar y tirar a todas las mujeres con las que se encuentre. Ya no tiene por qué casarse, aunque puede hacerlo, por supuesto. No tiene por qué respetar a las mujeres para obtener placer de ellas”. Los gritos de protesta se habrían oído en la cima del Everest.

Incluso la inmunidad hollywoodiense tiene sus límites. Puedes drogar a una menor para violarla y todos te apoyarán, pero que no se te ocurra dar la impresión de ser poco feminista, porque entonces no tendrás perdón. Hasta ahí podríamos llegar.

EXTRA CINEMATOGRAFICAS

Verdad y motivos de la Misa
P. Ramón Sarmiento
Tomado de Revista Tradición Católica, Enero 2000.

La Iglesia es en la tierra el reino visible de su divino Fundador; arca única de sal­vación, es depositaria exclusiva de me­dios sobrenaturales, que debidamente aplicados, nos alcanzan el destino para que fuimos creados; establecida en la ciudad de Dios está dotada de dichos medios que son los sacramentos de la nueva ley: signos sensibles que comunican a las almas las gracias que Nuestro Señor Jesucristo nos mereció en su Pasión. Quienes se abstienen de recibirlos, con dificultad alcanzarán la vida eterna.

Se han escrito maravillas de esas fuentes de vida, más en particular de la Eucaristía. Han sido llamados siete rosas divinas desprendidas del costado de Cristo; siete inmensos besos de Dios para con la humanidad; siete manantiales de Gracia; siete puentes para cruzar el peligroso barranco del mundo; siete llaves para abrir las puertas de la gloria; siete mundos, siete universos nuevos; sacrum convivium.

Tomad y bebed todos. Quien invita a todos, no excluye a nadie, dijo acertadamente un escritor antiguo. Pero muchos se dan por excusados. ¿Las causas del de­saire o descomedimiento? La falta de fe o el conformismo de la criatura adocenada en el vicio, es el sentir de competentes autores.

Para la efectividad y acción santifi­ca­dora de la Gracia, enseñan y demandan los teólogos son necesarios dos requisitos: fe acrisolada y legítima competencia del ministro consagrante; omitirlos, fuera negar su eficacia y contrariar precisas leyes litúrgicas y las normas dispuestas por la voluntad de Cristo.

La subversión religiosa en torno al sacramento presenta dos caras: negación lisa y llana del mismo y la condenable indisciplina de los ritos sagrados establecidos por el mismo Autor y por las leyes de la Iglesia, sin excluir los indumentos ordenados.

Al omitir la Materia y la Forma la herejía intenta socavar la Verdad y el misterio de la divina Eucaristía; arteramente busca el malograr los efectos salvíficos del sacramento, cuando insinúa que el ministro que preside el oficio expresa solamente: “esta es la sangre de Jesucristo” y “yo te reconcilio con la comunidad o el pueblo”. Fórmula de absoluta invalidez.

La herejía modernista y sus cómplices, inspirados por el genio del mal, saben lo que quieren: la ruina y la pérdida de las almas. Si la vida sacramental es el recurso indispensable para salvarnos, la privación de la misma es el anticipo irreparable de la muerte eterna. Cegadas las fuentes de la vida, ¿qué resta sino la depauperación de los espíritus, el raquitismo espiritual del ser cristiano, no ya sólo del alma y hasta del mismo cuerpo? La escualidez y desmedro actual de la sociedad dimana de la ausencia de quien redimiera y sanara al hombre. Quien come mi cuerpo, tendrá vida en sí; estoy débil y enfermizo, porque me olvidé de comer mi pan. No os dejaré huér­fanos, nos prometió el Señor y se quedó perpetuamente entre los suyos. Hecho inelu­di­ble, la miseria y la rui­na de la humanidad es “sólo del Creador la eterna ausencia”, como en el reino de las tinieblas.

Jesús es la Verdad, lo definió El solemnemente y cumplió lo prometido: envió su Espíritu a sus elegidos el día de Pentecostés y estableció su morada permanente en el tabér­nacu­lo aunque oculto bajo las especies sacra­men­­tales, deseando habitar sin cesar en el corazón de quienes místicamente lo reciben. Así es el pan de vida, de la inmortalidad y de la gloria; es fuente inexhausta de bendiciones, de valor y fuerza, de solaz y consuelo de las almas: “O salutaris hostia, quae caeli pandis ostium, bella pre­munt hostilia, da robur, fer auxilium”.

El modernismo, engendro de Satanás, husmea estas maravillas y por eso se con­ju­ra para apartar al hombre del manantial de las gracias celestiales. El incrédulo re­hu­sa la realidad del misterio de fe, fontanar copiosísimo de Amor y Caridad para el cristiano redimido por su sangre pre­cio­sísima.

Ahora bien, ante el actual desmantela­miento tan generalizado de las verdades sacramentales es imprescindible que los creyentes mantengan y defiendan tenazmente la conservación de la liturgia tradicional, arraigando la solidez de la fe en el misterio eucarís­tico de dos maneras:

En primer término, reflexionando con encendido afecto y salvaguardando celosamente la doctrina y la práctica de la Iglesia apostólica en los ritos venerables de la transubstanciación por siglos solemnemente definidos e im­perados, muy en particular el incontaminado canon romano, regla invariable que asegura las verdades reveladas y la validez y legitimidad de la celebración eucarística. Dicha regla evidencia y patentiza la au­gusta y gozosa presencia del Señor entre nosotros.

Lo segundo, el amor altísimo que mue­­ve el cielo y las altas estrellas en sentir de Dante, es con entera verdad sobrenatural y trasciende a toda ponderación. Es de tal magnitud que quiso el Salvador mantenerlo hasta la agonía de las generaciones y la consumación de los siglos. Quiso en su benignidad que el sacrificio único, consumado en la Cruz, continuara siendo realidad permanente y por delegación exclusiva delegó fuera impartida por manos de sus ministros consagrados para tan santísimo ministerio.

Insistiré después en el tema. Tal mandato se basa en la voluntad de Cristo a motivos incontrastables. Todo creyente confiesa sin duda alguna que la divina Eucaristía no sólo confiere la Gracia, sino que encierra también al Autor de la misma, presente en la Hostia con su cuerpo, sangre, alma y divinidad.

Los restantes sacramentos nos aplican, con sobrada abundancia, los frutos y méritos del sacrificio único y definitivo obtenidos en el ara de la Cruz; en cambio, en la Eucaristía, recibimos al mismo Dios vivo y verdadero y se nos aplican dichos méritos y frutos mediante la repetición incruenta del sacrificio del Calvario, memorial por cierto efectivo que tiene lugar en la consagración continuada del pan y del vino en el momento cumbre de la Santa Misa: momento milagroso y portento sobre toda ponderación maravilloso. No se trata de ninguna manera de una sombra vana, de una representación fenoménica, antes bien es la inmolación reiterada de la misma víctima y del mismo sacerdote.

¡Verdad y maravillas inauditas! No es exageración lo que sostiene un autor germano que en la santa Misa se operan, numéricamente, veinte milagros en serie. De esa suerte resulta preciosa la glosa y delicado el pensamiento de Francisco Luis Bernárdez, poeta inspirado y argentino: “en la Hostia, después de la consagración, ni el pan es pan, ni el vino, vino. El Pan, Dios y el vino, Dios”.

Ese hecho misterioso e inexplicable ocurre cuando desaparece toda la substancia del pan y del vino y ocupa su lugar la persona real del Hijo de Dios hecho hombre como está en la gloria, muerto y resucitado por nosotros. Entonces donde haya un sagrario o se abra un tabernáculo está vivo y presente el cuerpo de Cristo que na­­ció de María Virgen en el portal de Belén.

Lo escrito en el apartado primero, es sólo, como salta a la vista, un desteñido y desgarrado bosquejo del santo sacrificio de la Misa y sobre el Pan del Cielo que encierra en sí todo deleite. Provi­dencial­mente, en resumidas cuentas, quien oye o celebra la Misa o recibe el cuerpo del Señor, verifica el culto de latría o adoración a la divinidad, un culto de acción de gracias a la Santísima Trinidad, un culto de propiciación o demanda de perdón por nuestras culpas e impetración de favores a la Majestad divina.

En el siglo XVI contra todo esto se alzó aquel impío heresiarca alemán nada piadoso, dígase lo que se quiera, erróneamente. Por cierto, inspirado por vientos de abismo, se comprometió ya en agosto de 1521 “en adelante, no celebrar jamás una Misa” (P. García Villoslada, “Martín Lutero”, BAC, t. 1, pág. 28). Con audacia y brusquedad frenética negaba el apóstata la tran­subs­tanciación; para él era pecado mortal el considerarla como sacrificio de Cristo y pecaban con pecado de idolatría los que celebraban y los que asistían a Misa. No debía admitirse más que el ministerio de la palabra, la comunión bajo las dos especies, pan y vino genuinos, consumidos por todos los asistentes, como signo de las promesas divinas; ha­cíanlo así todos “aun­que reventara el Papa con su cohorte de bribones”.

Fue un hecho la abolición de la Misa entre los discípulos del colérico reformador y resultó una axioma o consigna en su furor y rabia aquello: “tolle Missam et delebo Eccle­siam Dei” (“suprimid la Misa y borraré la Iglesia de Dios”).

La obsesión machacona del heresiarca a fin de lograr el asalto a la roca, o como se expresaba furibundo, arrasar la primera muralla de la Iglesia, consistía en no reconocer distinción entre eclesiásticos y seglares: todos por el bautismo son consagrados sacerdotes (Cf. García Villos­lada, tomo 1, pág. 467 passim).

Esos y otros parecidos delirios y errores son el patrimonio y las enseñanzas del protestantismo acerca de los divinos misterios de nuestros altares. ¿Habrá católico que apruebe la doctrina que otorga al seglar el mangoneo de las especies consagradas? Esa función estuvo y está reservada siempre con exclusividad al sacerdote representante de Cristo cuyas manos fueron ungidas para administrar la sangre del Cordero. Luego resulta inconcebible y sobre manera extraño, en estos tiempos de convulsión y de incredulidad, el autorizar a un simple fiel, hombre o mujer, el irreverente manoseo de las especies sacra­men­ta­les. Cabe admitir igualdad entre laicos y sacerdotes, en cuanto todos somos nada y pecado, todos fuimos redimidos por Cristo y seremos todos juzgados en el día postrero; eso es dogma de nuestra fe, que nos atestigua que el divino Fundador estableció y encomendó que en su Iglesia hubiera distinción o jerarquía entre seglares y clérigos. La práctica y doctrina no­vísimas entrañan una auténtica herejía.

La liturgia fidedigna es la confeccionada -irrevocablemente- por el Papa San Pío V, para siempre, en la Iglesia Católica. Vino el modernismo, que tiene mil nom­­bres y muchos rostros, cui nomina mille et mille nocendi artes, en el hemistiquio virgiliano aplicado por San Jerónimo al demonio, cambió el rito litúrgico milenario, por otro moderno que afecta a todas luces la dignidad y validez del tradicional.

El Canon antiguo multisecular cabalmente condice y concuerda con el misterio de la consagración. Por medio del mismo se ofrece un sacrificio perfecto al Padre de las misericordias por nuestros pecados, que apareja la paz y estabilidad a la Iglesia Católica y apostólica, demanda el alivio de las almas del Purgatorio y honra asimismo a la siempre Virgen María, a los apóstoles y a los santos.

El rito tridentino del sacrosanto sacrificio de la Misa es idéntico al que ofreciera a Dios el justo Abel, Abrahán, padre de nuestra fe y el sumo sacerdote Mel­quisedec, de ninguna manera el holocausto del primer asesino; en verdad le cuadra al N.O.M. el romoquete oprobioso de Misa de Caín. (Véase “New Age, il piano anticristiano per la disoluzione del Cris­tia­nes­simo”, Rimini, octubre 1993, págs. 104-5).

El nuevo rito fue aprobado e impuesto por Pablo VI. ¿Se conocen empero los fau­tores del no­vísimo engendro genuinamente gnóstico? Dejando a un lado al procurador, es notorio que el forjador del discu­tido esquema del misal con­temporáneo es Anibal Bugnini, masón emboscado con el asesoramiento de seis públicos jefes protestantes, cual lo de­mues­tra una fotografía harta divulgada.

¿Tenéis presente la fórmula del nuevo o­fer­torio? Es calco literal del Génesis, ca­p. cuarto. Se narra allí cómo Caín ofrecía a Dios “los frutos de la tierra y del trabajo del hombre”, ofrecimiento que el Señor rechazara. “Dios miró a Abel y a su ofrenda, pero no mi­ró a Caín y su ofrenda, por lo cual se irritó Caín en gran manera” (vers. 4-5); Abel ofrecía a la divinidad un cordero inmaculado, prefiguración cabal y manifiesta de Cristo.

Tan extraño cambio y significativo preludio de la misa de hogaño suena a blasfemia objetiva en quienes la inspiraron. ¿Pueden los frutos de la tierra substituir la virtualidad del sacrificio de la Cruz? Sin controversia o irrespetuosidad: Pablo VI y sus acólitos adoptaron este proceder inexplicable: substituyeron la Misa de Cristo por la de Caín. (Cf. “Il piano anticristiano”, pág. 101).

Etienne Couvert enfoca el drama, inspiración del diablo y sus satélites (“La Gnose universelle”, tomo III, págs. 137 y sigs.) bajo el signo siniestro panteístico evo­lu­cionista masó­nico judaico y se pregunta: ¿cómo es posible que el pan y el vino se transformen en ofrenda pura e inma­culada, si esos dos elementos del hombre y su trabajo no contienen de algún modo un germen divino encerrado en la materia inerte, según las cavilaciones gnós­ticas”?

Pero hay más. ¿Quién no oye hablar hasta la saciedad y comentar la acción terrorífica de lo que se denomina la Nueva Era de Acuario, en jerga sajona New Age? En estos apuntes dirigidos a buenos y sencillos lectores, ahorraremos extensas explicaciones sobre el mundialismo, tanto en la esfera civil como religiosa. Lo patrocinan diversos movimientos y una profusa ristra de sectas esotéricas, caba­lísticas, teosóficas, espiritistas, etc.; todas anti­cristianas. Nos hablan de gobierno mundial, de unidad colectiva, de sincre­tis­mos, de globalismo, de humanismo cósmico y chá­charas parecidas. Alardean esos grupos mancomunados de liberalismo sin límites, de filantropismo, de igualdad acen­drada, de fraternidad idílica. Tal monserga, ¿quién puede desco­nocerlo? es lenguaje engañoso o capcioso de la masonería en todas sus ramas y múltiples disfraces o enmasca­ra­mientos, que mienten fomentar el altruismo, la solidaridad y otras añagazas y paparruchas.

Con todo los que descifran con buen criterio y experiencia la confabulación acua­riana descubren sus endiablados objetivos. Por confesión de sus corifeos de todo linaje son ante todo “la lucha contra Roma y sus sacerdotes, la lucha permanente contra el Cristianismo y el alzar a Dios de su cielo” (Saint Simon, Bessant). Para ese fin aplauden el sincretismo religioso, el ecu­menismo, el proyecto de una sola iglesia mundial o religión colectiva; tarea ésta innoble y descabellada favorecida, hoy, por el céfiro que sopla sobre las cumbres vaticanas.

Concluido y logrado ese anhelo y artimaña, la unidad de todos los credos, en paridad de creencias, caducan y sobran los sacramentos. La Misa quedaría automá­ticamente archivada. Las almas todas, faltas de vida espiritual y sacramental, para regocijo del infierno, perecerían en las tenebrosidades del abismo sempiterno. Triunfo del mal, del príncipe de este mundo, aparente y efímero. Pase lo que pase creemos que las puertas del averno, no prevalecerán. Super omnia Christus!

Para finalizar estas someras notas de actualidad sobre los intentos maléficos desencadenados por la impiedad para ruina del mundo, la soberanía y la libertad de las sociedades, resumo la doctrina y el pensamiento de un egregio científico que ha esclarecido el accionar y el papel que despliega el ecumenismo del movimiento acuariano y sobre marcha el cambio sorprendente de la Iglesia contemporánea tras los pronunciamientos del concilio pastoral de 1965.

Destaca el aludido escritor la actitud teórica y práctica de Juan Pablo II, tan distinta de la posición del los Pontífices que lo precedieron.

El católico de manera alguna puede par­ticipar de congresos ecuménicos, en los que hablan representantes de religiones falsas e infieles de toda laya, de toda raza, de todo color, así como de sedicentes cristianos, donde deliran y desbarran sobre la doctrina y personalidad de Cristo Rey de las naciones. Participando en esos aque­larres se apartan miserablemente de la Religión revelada, como lo sostienen y afirman Pío XII, Gregorio XVI, León XIII y muchos otros Papas.

Lo contrario enseña Juan Pablo II. No sólo promueve, antes bien aprueba y elogia esas reuniones interreligiosas, a las que acuden secuaces de credos contradictorios, más aún cáfilas supersticiosas o paganas. Con su palabra y ejemplo canoniza la igualdad de todos los cultos, admite la posibilidad de que todas las sectas, incluso el budismo ateo y el mahometismo gentílico, se salven, considéralos como camino de salvación, obtendrán la vida eterna. (1) Es cooperación lisa y llana y pecaminosa, por no calificarla más severamente (2). Me parece un incongruente espaldarazo del sincretismo masónico de la Nueva Era satánica.

(1) Ver P. Eduardo Hugón, “Hors de l´Eglise point de salut”, de. Clovis, 1995.
(2) Léase Alberto Boixadós, “El nuevo orden mundial o humanismo cósmico”, edit. Theoría, 1995.

sábado, 2 de octubre de 2010

ANIVERSARIO - SANTA TERESITA DE LISIEUX


SANTA TERESITA DE LISIEUX“El amor se alimenta de sacrificios. Cuantas más satisfacciones naturales se niega a sí misma el alma, tanto más fuerte y desinteresada se hace su ternura”.


“¡Ah! Ahora comprendo que la caridad perfecta consiste en soportar los defectos de los demás, en no escandalizarse de sus debilidades, en sacar edificación de los menores actos de virtud que se les ve practicar”.


“No creamos poder amar sin sufrir, sin sufrir mucho. Nuestra pobre naturaleza está ahí, y está para algo. Ella es nuestra riqueza, nuestro instrumento de trabajo, nuestro medio de vida (...) La santidad no consiste en decir grandes cosas, ni siquiera en pensarlas, ni en sentirlas: consiste en aceptar el sufrimiento”.


DOCTRINA



COMENTARIOS ELEISON 167 (25-IX-2010) :
DOCTRINA SUBESTIMADA

Por Mons. Richard Williamson
Blog Dinocopus

En una revista norteamericana que por lo general invita a reflexionar, "Culture Wars" ("Guerras Culturales"), el Editor recientemente nos echó en cara, a mí y a la Sociedad de San Pio X como un todo, el mantenernos deliberadamente fuera de la Iglesia oficial. Permítanme presentarles tan breve y justamente como sea posible el argumento de E. Michael Jones, con sus principales etapas indicadas con letras consecutivas para facilitar la respuesta:

Su principal tesis se basa en que el problema del Vaticano II no es doctrinal: "(A) Los documentos del Concilio no son responsables de cualquier locura que le siguió al Concilio en nombre de su "espíritu". En cuanto a los documentos mismos, de hecho estos son a veces ambiguos, pero (B) Dios está siempre con Su Iglesia, razón por la cual (C) solo algo Católico puede obtener la aceptación de los obispos reunidos, como sucedió en el Vaticano II. (D) Por lo tanto se puede y debe estar satisfecho con la interpretación de las ambigüedades a la luz de la Tradición, como el mismo Arzobispo Lefebvre una vez la propuso.

"Por lo tanto (E) el Vaticano II es Tradicional, y cualquier problema entre Roma y la FSSPX no puede ser doctrinal. (F) De ahí que el problema real de la FSSPX es que se niega a la comunión basada en el temor a ser contaminada, (G) procedente de su falta cismática de caridad. (H) La culpa subsiguiente la ocultan, pretendiendo que la Iglesia se encuentra en un estado de emergencia sin precedentes, propiciado por la anti-doctrina del Vaticano II. (I) Por lo tanto la FSSPX está diciendo que la Iglesia ha fallado en su misión y que la FSSPX constituye la Iglesia. ¡Tonterías! Obispos de la FSSPX, ¡cédanse a Roma!

CONTESTACIÓN: el problema con el Vaticano II es ESENCIALMENTE doctrinal. (A) Desgraciadamente, los documentos del Vaticano II son de hecho responsables del "espíritu" del Vaticano II y de sus consecuencias locas. Es la ambigüedad misma de los documentos, reconocida por E.M.J., la que dio rienda suelta a la locura. (B) Dios de hecho está con su Iglesia, pero Él otorga a sus sacerdotes el libre albedrío, con el cual pueden escoger de hacer a la Iglesia un gran daño, pero nunca un daño mortal (cf. Lucas XVIII, 8). (C) De este modo es que Él permitió que la mayoría de los obispos Católicos cayeran en la atroz crisis Arriana del siglo cuarto. Lo que sucedió entonces está sucediendo nuevamente, solo que peor. (D) En una etapa inicial en la lucha post-Conciliar por la Tradición, pudo haber sido razonable el pedir que el Vaticano II fuera interpretado a la luz de la Tradición, pero esa etapa pasó ya hace mucho. Los frutos amargos de la ambigüedad han demostrado desde hace tiempo que los documentos Conciliares sutilmente envenenados no pueden ser rescatados.

Por lo tanto (E) el Concilio no es para nada Tradicional y el conflicto entre Roma y la FSSPX es ESENCIALMENTE doctrinal. Así es que (F) existe una buena razón para temer la contaminación, debido a la falsa doctrina del Vaticano II – que está guiando a las almas al Infierno. (G) Ni existe una mentalidad cismática entre Tradicionalistas (no-sedevacantistas), aunque (H) la Iglesia se encuentra en medio de la peor emergencia de toda su historia. (I) Pero justo como en la crisis Arriana los pocos obispos que mantuvieron la Fe comprobaron que la Iglesia no había fallado en lo absoluto, así la FSSPX pertenece hoy a la Iglesia y está guardando la Fe, sin pretender con esto el reemplazar la Iglesia , o constituir por sí sola la Iglesia.

Michael, ¿cuándo, en toda la historia de la Iglesia, fueron sus obispos reunidos deliberadamente ambiguos? Usted admite la ambigüedad del Vaticano II. ¿En qué otro momento en la historia los sacerdotes recurrieron a la ambigüedad sino para abrir el camino para la herejía? En la Iglesia de Nuestro Señor, que sea siempre vuestro hablar sí, sí; no, no (Mateo V,37).

Kyrie eleison.

EXTRA CINEMATOGRAFICAS



EL TERROR DE LOS VAMPIROS


Gracias al cine anglo-yanqui en su período clásico, teníamos el conocimiento de que esas inmundas y depravadas criaturas de la noche llamadas vampiros, a pesar de mostrarse como seres aterradores, tenían horror a dos cosas en particular: el agua bendita y los crucifijos. Aunque mostrado de forma caricaturesca, el recurso cinematográfico no era aventurado (como sí podía serlo la luego incorporada ristra de ajos), por la simple y sencilla razón de que los vampiros o “muertos-vivos” eran creaciones imaginarias inspiradas en datos de la realidad. Es sabido que las personas poseídas sienten repulsión e indefensión ante el sacerdote exorcista que las moja con agua bendita y conmina con la oración y el crucifijo a retirarse a los demonios. La lucha entre la luz y las tinieblas se da así con determinadas armas que cada uno esgrime: los últimos la mentira, la tentación y la violencia. Los primeros la fe en Cristo, la predicación de la verdad y el uso de sus instrumentos, sacramentales y todo aquello visible que lo represente.

Cristo vino para reparar la honra del Padre, combatir a los demonios y liberar al hombre del pecado, y continúa haciéndolo a través de la Iglesia. Las inmundas criaturas de las tinieblas lo saben bien, por eso su creciente influencia en las sociedades apunta, si en la Iglesia, a acabar con el Sacrificio de Jesucristo que se repite en la Santa Misa; en la sociedad política, a acabar con la influencia de la Iglesia a través de sus sacerdotes y misioneros, y de toda aquella imagen que en público les recuerde a los hombres el sacrificio victorioso de la cruz.

Es así como ahora, las fuerzas de la oscuridad encaramadas detrás de la fachada luminosa de la “democracia”, los “derechos humanos” y la “libertad de cultos, de pensamiento y de expresión”, continúan la persecución, tras haber obtenido los “fundamentos filosóficos” que han erigido esta sociedad moderna sin Dios, y buscan, mediante el recurso de la “no-discriminación”, es decir, justificándose en un “bien”, el retiro de los crucifijos de los juzgados, como recientemente acaba de reclamar una jueza de la Corte Suprema de Justicia de la Nación( Reclaman juzgados sin crucifijos - lanacion.com), magistrada que alguna vez se declaró “atea militante”, sin darse cuenta de su extravío, ya que, como decía Chesterton: “Si no hubiera Dios, no habría ateos”.

A partir de este supuesto “bien” que nadie hasta ahora había reclamado, las criaturas de las tinieblas que hoy actúan a plena luz del día muestran en su actitud a qué le temen: a un crucifijo y lo que éste representa. Pero cómo ¿allí no hay un simple hombre indefenso, moribundo, clavado en una cruz, incapaz de hacerle daño a nadie? ¿No es acaso una víctima, en estos tiempos de victimizados profesionales? ¿A qué entonces molestarse? ¿O será que aquel hombre que desde la cruz los observa es otra cosa y representa mucho más? ¿Por qué será que no pueden soportar esa imagen, será que su presencia los interpela en silencio, porque es más que un hombre, porque también es un Dios? ¿Quién puede sentirse “discriminado” (es decir, tratado peyorativamente según hoy se lo entiende) por aquella figura doliente, acaso el que es culpable?

Dicen que no hay que imponerle la religión a nadie, bien, pero ¿a quién se la impuso Jesucristo, a quién obligó por la fuerza, allí en el desvalimiento absoluto, en la entrega absoluta de la cruz, si precisamente aceptó aquel martirio para provocar nuestra adhesión a Él mostrándonos su amor? ¿Es esa la poderosa imagen de un tirano que “discrimina”, o más bien los que aman el pecado no son capaces de soportar su imagen humilde y serena porque en su pureza y amor no tienen de dónde tomarlo para condenarlo? La imagen de Nuestro Señor en la cruz habla por sí sola y demanda a cada uno personalmente una decisión: detenerse a contemplarla es salir de la indiferencia, es entregarse al amor o al odio, a la verdad o al error. Por eso el mundo desea ocultarla, por eso los modernistas ya no predican a Cristo crucificado, como hacía y pedía San Pablo (I Cor. 1, 23).

Se quiere fundamentar la medida en el hecho de que “el estado es laico”, cuando el estado debe representar a la nacionalidad, a la población (el estado está hecho para los argentinos, no los argentinos para el estado), que en su gran mayoría –aunque en forma mistonga y sentimental, es cierto- es católica. Basta ver las imágenes religiosas, en particular de la Santísima Virgen, en las esquinas de los barrios, en los hospitales, en los lugares de trabajo y oficinas –públicas o privadas-, en las casas de sepelios, en los transportes públicos y hasta en estadios de fútbol o vestuarios deportivos. Las fiestas populares, en especial de algunas provincias, con sus peregrinaciones multitudinarias, son manifestaciones claras de la raigambre católica de nuestra población, que aunque desviada de la práctica ortodoxa, refleja un anhelo aún vivo de ser cristianos.

Las criaturas de las tinieblas nos dan a entender, por vía indirecta, lo que la Iglesia tiene que predicar, aquello que es “para los judíos, escándalo; para los gentiles, insensatez” (I Cor. 1, 23), Palabras de vida y salvación para el que las recibe con buena predisposición. Amparados en la libertad de cultos o libertad religiosa, los enemigos externos de la Iglesia llegan a esta instancia gracias a la defección de las jerarquías eclesiásticas y la “apertura al mundo” traída por el Vaticano II, allí donde el ”humo de Satanás” entró no por una rendija, sino por sus puertas abiertas de par en par.

Si las criaturas inmundas son coherentes con sus solicitaciones, deberían llegar mucho más allá en su “anti-cruzada”, típica de los países donde el comunismo ha querido acabar para siempre con la Iglesia Católica, inútilmente. Deberían, por ejemplo, para no “discriminar” (en un país donde hay una mayoría de bautizados católicos), cambiarle el nombre a la provincia de Santa Cruz, porque los “ateos militantes” o judíos o los budistas que viven en la provincia, podrían sentirse “discriminados”, ofendidos, perturbados. Podrían llamarla provincia “Presidente Kirchner”, total, antecedentes no les faltan. Lo mismo debería ocurrir con las provincias de Santa Fe y San Luis, o en localidades como San Miguel o San Isidro. Luego tendrían que prohibir a la población llevar un crucifijo visible sobre el pecho, porque eso podría resultar “discriminador” para alguno de sus vecinos o compañeros de trabajo, y así alterarían la perfecta convivencia que, gracias a la democracia, hay en la sociedad. Deberían hacer entonces de la religión una cosa absolutamente privada y de entrecasa. No ocurriría lo mismo con los activistas homosexuales que se pasean desvergonzadamente por las calles, claro está: ellos no muestran signos religiosos que ofendan a nadie, ellos muestran su amor, otra forma de amor, ¿cómo entonces impedirles manifestarse?

¿Se comprende todo lo que viene o puede venir detrás de este “reclamo”? ¿Se comprende también que la Iglesia no son sólo los pastores mudos y apóstatas, sino también nosotros, y que no podemos quedarnos callados y sin pelear?

A los vampiros se los combate con la luz, es decir, con la fe y la doctrina católicas sin ambigüedades o falsificaciones, purificadas por la gracia. Se los combate con el crucifijo, es decir, con el sacrificio que da gloria a Dios y salva nuestras almas. Y con el agua bendita, signo exterior de las armas simples pero poderosas que Dios le ha dado a su Iglesia militante.

Somos débiles, insignificantes, sin medios ni influencias ni poder. Pero los que tienen miedo y no tienen paz son ellos. Los vampiros.

Andad, pues, como hijos de la luz” (Efesios V, 8).



HISTORIA:BLAS DE LEZO

EL VASCO QUE HUMILLÓ A LOS INGLESES

Por Arturo Pérez Reverte*
Tomado de Patria Argentina Nº 270 – Septiembre 2010
XL Semanal, 23/8/2010.
Hace doce años, cuando escribía La carta esférica, tuve en las manos una medalla conmemorativa, acuñada en el siglo XVIII, donde Inglaterra se atribuía una victoria que nunca ocurrió. Como lector de libros de Historia estaba acostumbrado a que los ingleses oculten sus derrotas ante los españoles -como la del vicealmirante Mathews en aguas de Tolón o la de Nelson cuando perdió el brazo en Tenerife-, pero no a que, además, se inventen victorias. Aquella pieza llevaba la inscripción, en inglés: El orgullo de España humillado por el almirante Vernon; y en el reverso: Auténtico héroe británico, tomó Cartagena -Cartagena de Indias, en la actual Colombia- en abril de 1741. En la medalla había grabadas dos figuras. Una, erguida y victoriosa, era la del almirante Vernon. La otra, arrodillada e implorante, se identificaba como Don Blass y aludía al almirante español Blas de Lezo: un marino vasco de Pasajes encargado de la defensa de la ciudad. La escena contenía dos inexactitudes. Una era que Vernon no sólo no tomó Cartagena, sino que se retiró de allí tras recibir las suyas y las del pulpo. La otra consistía en que Blas de Lezo nunca habría podido postrarse, tender la mano implorante ni mirar desde abajo de esa manera, pues su pata de palo tenía poco juego de rodilla: había perdido una pierna a los 17 años en el combate naval de Vélez Málaga, un ojo tres años después en Tolón, y el brazo derecho en otro de los muchos combates navales que libró a lo largo de su vida. Aunque la mayor inexactitud de la medalla fue representarlo humillado, pues Don Blass no lo hizo nunca ante nadie. Sus compañeros de la Real Armada lo llamaban Medio hombre, por lo que quedaba de él; pero los cojones siempre los tuvo intactos y en su sitio. Como los del caballo de Espartero.
La vida de ese pasaitarra -mucho me sorprendería que figure en los libros escolares vascos, aunque todo puede ser- parece una novela de aventuras: combates navales, naufragios, abordajes, desembarcos. Luchó contra los holandeses, contra los ingleses, contra los piratas del Caribe y contra los berberiscos. En cierta ocasión, cercado por los angloholandeses, tuvo que incendiar varios de sus propios barcos para abrirse paso a través del fuego, a cañonazos. En sólo dos años, siendo capitán de fragata, hizo once presas de barcos de guerra enemigos, todos mayores de veinte cañones, entre ellos el navío inglés Stanhope. En los mares americanos capturó otros seis barcos de guerra, mercantes aparte. También rescató de Génova un botín secuestrado de dos millones de pesos, y participó en la toma de Orán y en el posterior socorro de la ciudad. Después de ésas y otras muchas empresas, nombrado comandante general del apostadero naval de Cartagena de Indias, a los 54 años, y tras rechazar dos anteriores tentativas inglesas contra la ciudad, hizo frente a la fuerza de desembarco del almirante Vernon: 36 navíos de línea, 12 fragatas y varios brulotes y bombardas, 100 barcos de transporte y 39.000 hombres. Que se dice pronto.
He visto dos retratos de Edward Vernon, y en ambos -uno, pintado por Gainsborough- tiene aspecto de inglés relamido, arrogante y chulito. Con esa vitola y esa cara, uno se explica que vendiera la piel antes de cazar el oso, haciendo acuñar por anticipado las medallas conmemorativas de la hazaña que estaba dispuesto a realizar. Pese a que a esas alturas de las guerras con España todos los marinos súbditos de Su Graciosa sabían cómo las gastaba Don Blass, el cantamañanas del almirante inglés dio la victoria por segura. Sabía que tras los muros de Cartagena, descuidados y medio en ruinas, sólo había un millar de soldados españoles, 300 milicianos, dos compañías de negros libres y 600 auxiliares indios armados con arcos y flechas. Así que bombardeó, desembarcó y se puso a la faena. Pero Medio hombre, fiel a lo que era, se defendió palmo a palmo, fuerte a fuerte, trinchera a trinchera, y los navíos bajo su mando se batieron como fieras protegiendo la entrada del puerto. Vendiendo carísimo el pellejo, bajo las bombas, volando los fuertes que debían abandonar y hundiendo barcos para obstruir cada paso, los españoles fueron replegándose hasta el recinto de la ciudad, donde resistieron todos los asaltos, con Blas de Lezo personándose a cada instante en un lugar y en otro, firme como una roca. Y al fin, tras arrojar 6.000 bombas y 18.000 balas de cañón sobre Cartagena y perder seis navíos y nueve mil hombres, incapaces de quebrar la resistencia, los ingleses se retiraron con el rabo entre las piernas, y el amigo Vernon se metió las medallas acuñadas en el ojete. Blas de Lezo murió pocos meses después, a resultas de los muchos sufrimientos y las heridas del asedio, y el rey lo hizo marqués a título póstumo. Creo haberles dicho que era vasco. De Pasajes, hoy Pasaia. A tiro de piedra de San Sebastián. O sea, Donosti. Pues eso.
*Autor liberal que de vez en cuando, contradictorio como los liberales, es capaz de aplicarse a dar una información útil sin desbocarse mediante opiniones inconducentes o contradictorias del mismo texto que nos presenta. El carácter católico del héroe mencionado es vertido en otro artículo que se presenta debajo.

BLAS DE LEZO: ¿Medio hombre o 15 y medio?

Tomado del Blog Numeroquince.wordpress

Ahí tenéis al gran ALMIRANTE VERNON dando caponcillos al bueno de BLAS DE LEZO, el jefe militar español al que apodaban MEDIO HOMBRE, por faltarle un ojo, una mano y una pierna -heridas de guerra-, en las monedas conmemorativas de la GRAN VICTORIA DE INGLATERRA SOBRE ESPAÑA EN EL SITIO Y CONQUISTA DE CARTAGENA DE INDIAS en el año 1741. ¿chula la moneda, eh? una vacilada. la podéis ver en vivo y en directo en el MUSEO NACIONAL DE LA ARMADA en Madrid. vale que la armada inglesa era veinte veces más grande de la que disponía la plaza para su defensa, la mayor de la historia después de la ALIADA EN NORMANDÍA, vale; más grande incluso que la INVENCIBLE DE FELIPE II a la que no derrotó ningún ejército, vale; pero la moneda es un punto, menudo rodillazo del bueno de BLAS.

Ah, sólo una curiosidad histórica: LA BATALLA LA GANÓ EL COJO-MANCO-TUERTO y un puñado de hombres a sus órdenes. ¿Lo sabías? ¿no?. Si hubiese sido al revés, una victoria inglesa en franca inferioridad, te sonaría. Si hubiesen sido YANKIS los defensores, te sabrías la batalla de memoria. Si hubiesen sido ESPARTANOS y hubiesen terminado masacrados al final, la tendrías en DVD en alta definición. Pero eran ESPAÑOLES ayudados por indígenas. VERNON se precipitó mandando noticia a INGLATERRA de su victoria apenas al superar la primera línea de defensa costera, ordenando acuñar monedas conmemorativas y pidiendo expresamente que apareciera LEZO arrodillado entregándole sus armas. VENDIÓ LA PIEL DEL TULLIDO ANTES DE COBRARLO. Más adelante los ingleses silenciarían la segunda parte del partido, su derrota más humillante a las puertas mismas de la ciudad. La corona británica prohibió hablar o escribir sobre tal humillación, se mandaron retirar y destruir estas monedas DEL PATINAZO, aunque, como bien podéis comprobar si visitáis el museo… no todas, para escarnio y pedorreta al petimetre y a sus estirados compatriotas.
El político de turno, el virrey de Cartagena, de cuyo nombre no nos vamos a acordar, confabuló en la corte española para que desposeyeran del mérito a DE LEZO atribuyéndoselo él mismo ¿os suena? BLAS murió sólo y arruinado, seis meses después de la batalla, víctima curiosamente de su éxito, de la peste ocasionada por la multitud de cadáveres de los soldados ingleses a los que sus atareados compañeros no tenían tiempo ni de enterrar. Su esposa no disponía de dinero ni para enterrarlo. El estado español le adeudaba una fortuna en la soldadesca de varios años ¿os suena? Pocos días después de su muerte su viuda recibió una carta con su destitución como almirante del ejercito por insubordinación al incompetente del virrey, aunque posteriormente fue rehabilitado por el ejército español gracias a un diario personal en el que detalló el discurrir de los acontecimientos ¿os suena?

Ahora las buenas noticias. Los CARTAGENEROS no sólo no lo olvidaron, sino que le VENERAN y aprenden su vida e historia como salvador de la ciudad y como protector de la América hispana de la codicia inglesa, el verdadero motivo del ataque inglés a Cartagena. El ejército español tampoco se olvidó de él, y así le reconoce como uno de los mejores militares y estrategas españoles de la historia y desde hace tiempo le rinde merecido homenaje en cuya virtud un buque de la armada lleva siempre su nombre.
Ahora también, gracias al gran interés que la historia ha cobrado en estos últimos años, especialmente la militar, y a internet, muchos aficionados han conocido su trayectoria y su gran valor, y lo reconocen hasta el punto de existir una plataforma recogiendo firmas para que la ciudad de Madrid le ponga su nombre a una calle, aunque ya la tiene en varias capitales y en su pueblo natal, PASAJES, en Vizcaya.

Y, para mí, la mejor noticia es que, en mi visita a la librería de EL CORTE INGLÉS buscando mi novela para las vacaciones veraniegas, me topé con un pedazo de biografía escrita por un COLOMBIANO asombrado de que en ESPAÑA nadie hubiese escrito una: EL DÍA QUE ESPAÑA DERROTÓ A INGLATERRA. el título actuaba como un imán, y además conocía el personaje gracias a la estupenda NOSOTROS LOS ESPAÑOLES DE JOSE MARIA MARCO y quería conocer la historia de manera completa. Disfruté el libro como un enano mirando el mar de CÁDIZ, en ROTA, muy cerquita de su casa en EL PUERTO DE SANTAMARIA, dónde este gran español pasó parte de su vida y a la que su viuda retornó después de su fallecimiento. La recomiendo CIENTO QUINCE POR CIENTO. Un pedazo de RELATO HISTÓRICO DEL QUINCE.

EL DISCURSO: todo gran héroe tiene su discurso o SPEECH en el momento clave de la historia, el termino inglés que incluso me gusta más (...). BLAS tuvo varios cruces de bravuconadas con VERNON dignas de la gran pugna que mantuvieron en distintos lances, pero yo me quedo con el siguiente momento: las guerras del Imperio siempre fueron santas, España defendía la FE CATÓLICA, era su defensor más implacable. En el momento decisivo de la batalla, cuando los soldados españoles que defendían el fuerte de SAN FELIPE salieron a la carga sobre los sorprendidos ingleses, que les superaban ampliamente en número, y justo a las doce de la mañana, LEZO ordenó rezar EL ANGELUS, quedándose los dos ejércitos quietos y en silencio, los españoles por sus creencias y los británicos sorprendidos por la sangre fría de aquellos. BLAS aprovechó entonces para sacar un papel de su bolsillo y leer a sus hombres el llamado SALMO 69, que estos se aprestaron a repetir:
Ven, Señor, en mi ayuda; apresúrate, Señor, a socorrerme. Queden corridos y afrentados los que atentan contra mi vida. Tornen atrás y queden afrentados los que desean mi desgracia. Haz que se salven tus siervos que en ti esperan, Dios Mío. Sé para nosotros, Señor, Torre inexpugnable. En cuanto a mí, pobre soy y necesitado; ayúdame, Dios mío. Tú eres mi ayuda y mi libertador; no te demores, Señor. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.”

Antes de que los ingleses reaccionaran tenían a los ESPAÑOLES en lo alto, inflamados por la arenga y con el convencimiento, los unos que DIOS estaba de su parte, y los otros QUE LOS HABÍA ABANDONADO DEFINITIVAMENTE. La retirada británica significó una derrota sin paliativos, y en pocos días la ignominiosa debacle inglesa fue un hecho. En Cartagena se llegó a decir que EL MEDIO HOMBRE VALÍA POR HOMBRE Y MEDIO, y nosotros añadimos Y POR QUINCE INGLESES Y MEDIO o más.

LA ANÉCDOTA. Hace cuatro años, la armada inglesa celebró a bombo y platillo el doscientos aniversario de la batalla de Trafalgar. De buen rollito pero en plan vacilón, como les gusta hacer estas cosas a los ingleses, invitaron al acto en el puerto de PORTSMOUTH a las armadas francesa y española, perdedoras en aquella batalla, que enviaron barcos en su representación. ¿A que no sabéis qué barco envió ESPAÑA a conmemorar con los ingleses la batalla?… ¡BINGOOOOO!, la fragata BLAS DE LEZO.

Fuente: EL DÍA QUE ESPAÑA DERROTO A INGLATERRA, PABLO VICTORIA, Editorial Altera y reseña del libro del blog hislibris.