“Es, por tanto, una de las necesidades de nuestro tiempo vigilar y trabajar con todo esfuerzo para que el cinematógrafo no siga siendo escuela de corrupción, sino que se transforme en un precioso instrumento de educación y de elevación de la humanidad”

S.S. Pío XI



“Que el cine sea ordenado a la gloria de Dios y a la salvación de las almas, y sirva eficazmente para la extensión del Reino de Cristo sobre la Tierra”.

S. S. Pío XII

sábado, 21 de noviembre de 2009

NOTA - EL PREMIO DE LOS PAPANATAS

EL PREMIO DE LOS PAPANATAS
(O el arte en la Era Democrática)





Una nueva entrega del “prestigioso” (¡!) Premio Clarín de Novela ha engalanado la cultura democrática.

Con un jurado encabezado por el infeliz e infame de José Saramago (que deliberó con los otros jueces en videoconferencia, desde su propio y remoto infierno), esta vez la ceremonia de entrega del premio –premio que además de la publicación de la novela consiste en un cheque por la suma de cien mil pesos ($100.000.-) y no sabemos qué clase de pactos con el demonio-, tuvo como atractivo extra un sorteo entre los concurrentes a la cita.

“Un regalo especial”, como dijo el matutino, y vaya si lo es. ”Se trata –sigue informando el Clarín- de la fotografía “La bella papa”, que forma parte de la serie “Belleza no convencional” del fotógrafo RES” (sic).



“La obra –nos siguen diciendo- forma parte del especial aporte del autor a la celebración del sexto aniversario de la Revista Ñ”. ¡Ah! ¡Qué bien! Cultura para todos, hasta para los paperos o verduleros puestos a fotógrafos, ¿por qué no?

El fotógrafo RES (quien quiera que sea, su apodo de animal cuadrúpedo ganaderil declara su condición para el “arte”), hace un nuevo aporte a la cultura democrática no ya de “belleza no convencional”, sino de “curro no convencional”.

En fin, si tales cosas aun llegan a verse es porque pululan entre nosotros incontables papanatas y papafritas dispuestos a comprar cualquier paparruchada para seguir siendo políticamente correctos, no vaya a ser que sean discriminados y tildados de “inorantes”.

Como dijo el mayorista de golosinas Papanicolau: ¡Qué país generoso!